Inmensidad, paz y tranquilidad son las sensaciones que uno tiene cuando se asoma a cualquiera de los siete miradores sobre el mar que hay en esta ruta. Acantilados imposibles que miran al Cantábrico, sobre playas de rocas, y horizonte al frente, a Oriente y a Poniente.
Empezando y acabando en el pueblo de Bustu/Busto, en medio del cabo, esta ruta circular nos lleva a través de fincas agrícolas, de pinares, robledales, bosque de ribera, pero, sobre todo, por el borde del acantilado, disfrutando del mar y de la costa con fantásticas vistas tanto a Oriente, hacia el cabo de Vidío, como a Occidente, mirando a L.luarca/Luarca.
Desde los miradores se aprecian aguas cristalinas bajo el faro y fondos marinos de singular belleza que llaman a darse un baño haciendo snorkel o bien buceando por ellos.
Sus bosques guardan arrendajos y gavilanes, que podemos escuchar y ver, con suerte, si encontramos alguna de sus plumas en el suelo. Todo esto manteniendo un especial cuidado en la zona de los acantilados sobre todo si vamos con niños.